Creo que somos un equipo estupendo.
La semana del 9 de marzo fuimos adoptando en la clínica los protocolos de prevención que desde las sociedades científicas, el Consejo de Dentistas, la Consejería y el Ministerio de Sanidad se nos iban facilitando. Se iban modificando las instrucciones casi de la mañana a la tarde. Elizabeth, como principal responsable de esterilización, supo estar a la altura. Estoy muy contenta con la manera en que se ha adaptado a la consulta en poco tiempo y su predisposición a ayudar y aportar al equipo.
Ya el miércoles de esa semana, el 11 de marzo, decidimos cancelar las visitas de revisión, las higienes y no comenzar trabajos nuevos de prótesis. Trabajamos el jueves con la preocupación de saber que no seríamos capaces de terminar todos los trabajos en marcha, así que priorizamos y procuramos resolver los casos con dolor y aquellos en fase de provisionales. No habría sido posible sin el tremendo esfuerzo de Sandra, ya la conocéis, nunca rehúye la responsabilidad y, una vez más, me demostró su capacidad de trabajo y su compromiso. Gracias una vez más.
Ese día Álvaro pudo hacer el tratamiento endodóntico a los pacientes con pulpitis y dolor. Él fue el primero en darse cuenta de que no era un problema local chino o italiano. Dos semanas antes de que todo empezara, le llamábamos exagerado y le hacíamos bromas… vuelvo a pedirte perdón Álvaro, ¡qué razón tenías! Fue un gran alivio, para los pacientes y para nosotras, poder dejar resueltos aquellos casos.
Porque el viernes por la mañana, después de una noche de darle muchas vueltas, decidimos que era necesario cerrar al terminar la jornada. Por vuestra seguridad, por la nuestra y, sobre todo, por la responsabilidad social de frenar el contagio comunitario. No pensamos nada más.
Aquel viernes Eva pasó consulta de ortodoncia, tratando de enfocar los casos para varias semanas. Eva tiene una gran facilidad para mantener la serenidad y el optimismo, siempre se agradece y más aquella tarde.
Después todo fue muy rápido. El sábado 14 el estado de alarma y el confinamiento. El domingo 15 por la tarde, el llamamiento desesperado de las autoridades de la Junta de Castilla y León pidiendo material de protección, guantes, gel hidroalcohólico… fui a la consulta y llevé lo que teníamos. Esa noche tomé conciencia clara de la dimensión de lo que vendría después y de lo acertada que fue la decisión de cerrar.
La siguiente semana estuve completamente paralizada. El amenazante incremento de contagios, el master intensivo en ERTEs, seguridad social, autónomos… y la gran preocupación esperando que pasaran los días y nadie de mi familia, mis amigos ni mi equipo estuvieran enfermos. Supongo que muchos habréis pasado esta fase de negación, incredulidad y miedo. Miedo por vuestros seres queridos, por las personas más vulnerables y por aquellos que están atendiendo las necesidades del resto de la sociedad. También indignación por la falta de recursos que les expone más allá de lo necesario.
Pero vosotros me habéis ido dando fuerza. He hablado con muchos pacientes estos días. Algunos teníais citas pendientes, tratamientos por terminar… lo primero que habéis hecho todos es preguntar por el equipo, saber si estábamos bien. Ninguna queja, ningún reproche, al contrario, dándonos ánimos y entendiendo la situación en que nos encontramos. Gracias de corazón.
Estoy segura de que tenemos mucho que mejorar. Desde casa vamos a seguir formándonos, a revisar protocolos, a mejorar a nivel laboral y personal. En ocasiones la autoexigencia que nos imponemos no nos deja valorar las cosas que hacemos bien. Estoy muy orgullosa de las personas con las que trabajo, que me han demostrado su implicación y su apoyo. También de nuestros pacientes, que confiáis en nosotras desde hace tanto tiempo y nos permitís desarrollarnos profesionalmente. Intentaremos estar a la altura. Tenemos muchas ganas de volver a trabajar.
Hace algún tiempo, buscando inspiración para practicar lettering, encontré en Pinterest esta imagen. Me gustó el mensaje. Hasta hice unas chapas para el equipo, quizás alguno de vosotros recuerda haberlas visto en nuestro uniforme.
Y sí, eso es lo que somos, somos una empresa pequeña haciendo grandes cosas para grandes pacientes.